En la vejez, no necesitamos amigos, hijos ni pareja, sino estas cuatro cosas.

Ser útil… para ti mismo.
Sentirse útil no significa necesariamente ayudar a los demás a toda costa. También se trata de nutrirse con objetivos sencillos pero motivadores. Riega tus plantas, escribe unas líneas en un cuaderno, cocina tu comida favorita, muévete un poco cada mañana. Estos sencillos gestos estructuran tus días y les dan sentido. Ya no vivimos para cumplir requisitos ni expectativas, sino para disfrutar de lo que nos hace sentir bien.

Continúa en la página siguiente⏭️

Consejos para cultivar estas fortalezas a diario
: Valora tus momentos de soledad: son preciosos y pueden convertirse en verdaderos encuentros contigo mismo.
Ilumina tu espacio: ordena, da, respira. Tu hogar debe ser tu refugio.
Exprésate libremente: tu vida te pertenece, tus decisiones también.
Crea tu ritual diario: algo sencillo, pero que te anime a levantarte.
A medida que envejecemos, no son los demás quienes nos sostienen, sino los cimientos que hemos construido en nuestro interior: paz interior, un entorno de vida armonioso, la libertad de ser uno mismo y la alegría de sentirse vivo.

Leave a Comment