Las fechas de caducidad son establecidas por los fabricantes para indicar cuánto tiempo se espera que los alimentos conserven su mejor sabor, color y cualidades nutricionales. Estas fechas dependen de factores como el tipo de alimento, los materiales de envasado y las condiciones de almacenamiento previstas. En la mayoría de los casos (con la excepción de las fórmulas infantiles), estas fechas no están reguladas a nivel federal; por lo tanto, sirven como una guía y no como una fecha de caducidad segura.
Ideas erróneas comunes sobre las fechas de caducidad.
Una de las ideas erróneas más comunes es que las fechas de caducidad son fechas de caducidad estrictas. Si bien un producto puede perder algo de frescura o textura después de esta fecha, generalmente es seguro consumirlo si no muestra signos de deterioro. Esto es especialmente cierto para productos no perecederos como los alimentos enlatados, que a menudo pueden durar años después de su fecha de caducidad si se almacenan correctamente.
Consumir preferentemente antes de: ¿Cuál es la diferencia?
“Consumir preferentemente antes de”: Indica cuándo el producto alcanzará su mejor calidad. Consumir
preferentemente antes de: Esta fecha, que suele aparecer en productos perecederos como lácteos o embutidos, está más orientada a la seguridad. Debe respetarse con más atención, especialmente en productos de alto riesgo.
Comprender la diferencia ayuda a prevenir desperdicios innecesarios y a garantizar la seguridad alimentaria.
¿Cuánto duran los alimentos enlatados comunes después de la fecha de caducidad?
A continuación, se presenta un desglose de las vidas útiles típicas después de la fecha de caducidad para alimentos enlatados comunes, suponiendo un almacenamiento adecuado (en un lugar fresco y seco y con el envase intacto):
Consejos para aprender más. Cómo
usar los sentidos: cómo evaluar la seguridad alimentaria.
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Incluso después de la fecha de caducidad, muchos productos enlatados siguen siendo seguros para comer. Use esta lista de verificación:
Mira: Revisa si hay tapas abultadas, óxido, abolladuras (especialmente en las costuras) o fugas.
Olor: ¿Agrio, metálico o podrido? Tíralo.
Sabor: Si la lata se ve y huele bien, prueba una pequeña cantidad. Si sabe raro, no lo comas.
El almacenamiento importa: Cómo extender la vida útil de tus alimentos.
La longevidad de los alimentos enlatados depende en gran medida de cómo se almacenan:
Temperatura: Almacena en un lugar fresco (50-70 °F) y seco.
Humedad: Mantén las latas alejadas de sótanos húmedos o garajes calientes.
Luz: Evita la luz solar directa para evitar la degradación del sabor y los nutrientes.
El almacenamiento adecuado puede ayudar a que muchos alimentos enlatados duren mucho más allá de sus fechas de caducidad sugeridas.
El costo ambiental y económico del desperdicio de alimentos
Tirar alimentos que aún son seguros para comer no solo es costoso, sino también perjudicial para el medio ambiente. En Estados Unidos, más del 30% de los alimentos se desperdician cada año, lo que contribuye al uso excesivo de vertederos y a las emisiones de gases de efecto invernadero. La interpretación incorrecta de las fechas de caducidad es fundamental.
Consejos para reducir el desperdicio de alimentos mediante un mejor conocimiento de las etiquetas.
No se preocupe por las fechas: es un problema de calidad, no de seguridad.
Rote los productos de la despensa para que los más antiguos se usen primero (FIFO: primero en entrar, primero en salir).
Compre solo lo que necesite, especialmente los perecederos.
Done los productos no perecederos que se acerquen a su fecha de caducidad a los bancos de alimentos locales si no los usa.
En resumen: Cuida tu vida útil.
Comprender el significado de las fechas de caducidad, especialmente para los productos enlatados, ayuda a los consumidores a reducir el desperdicio, ahorrar dinero y adoptar un enfoque más sostenible. Al usar tus sentidos, almacenar los alimentos con prudencia y conocer su vida útil típica, puedes aprovechar al máximo tus productos básicos con confianza.