¿Y qué pasa con los pennies y nickels?
A diferencia de otras monedas, los pennies y nickels nunca estuvieron hechos de metales preciosos. Por eso, al no haber riesgo de raspado, se mantuvieron con bordes lisos.
Un detalle que hizo historia
Lo que empezó como una solución ingeniosa para proteger la economía en el siglo XVII se convirtió en un legado. Hoy, los bordes con ranuras siguen siendo símbolo de seguridad, accesibilidad y tradición.