Las brujas la usaban para protegerse de los hechizos y curar a los enfermos. Los hebreos, egipcios y caldeos creían que el rostro era un regalo de sus dioses, considerándola sagrada.
En América, los nativos la usaban la ruda para preparar hechizos de amor. Se ha dicho que puedes ganar su corazón para siempre, colocando una ramita bajo la luz de la luna y luego dándosela a la persona amada.